"¡Mírame, estoy aquí!"
Es el mensaje latente detrás de cada imagen urbana basada en una de las necesidades más vitales y primitivas del ser humano: la comunicación, la expresión de sentimientos, el dejar constancia de su paso por el mundo. Las pinturas rupestres no me dejarán mentir.
El Arte callejero o Graffiti compite con gran desventaja en una sociedad bombardeada por millones de impactos publicitarios al día, con ciudadanos que blanquean su pared de acuerdo a la posibilidad de su economía, hartos de que sus muros sean portavoces de autores anónimos a los que no quieren escuchar.
Entonces los graffitis redoblan esfuerzos, mutan en calcomanías que asfixian cada señalamiento vial provocando que más de uno, a falta de Guía Roji o GPS, se pierda en el caos citadino.
Y es inevitable preguntarse en algún momento, si la indiferencia no se ha apoderado de uno, lo que se puede hacer, no sólo para tener tranquilidad mental, también espiritual porque en el fondo, esos autores anónimos son humanos pidiéndoles a otros humanos que les presten atención, que no los ignoren.
Debemos detenernos a pensar y ser concientes de que el ignorar a alguien es aún más letal que cualquier arma. Es una bomba de tiempo. Es aniquilar el alma de a poco, cruel y dolorosamente.
"La Energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma."
La mayoría de los artistas callejeros tienen un talento innegable, nato y valioso, el otro tanto está en proceso y todos están volcando la energía que traen por dentro en esos muros, debido a las crudas experiencias por las que han pasado o han sido testigos. Así es como transforman esa energía en Arte: drenan todo el dolor, toda la emoción y pueden seguir adelante con sus vidas. No en vano se ha comprobado que el arte cura, debido a la catarsis que provoca el plasmar esos sentimientos en cualquier tipo de lienzo, literalmente se sacan del organismo esas emociones. Están expresándose y eso es algo bueno, malo es cuando no lo hacen y guardan silencio porque toda esa energía se acumulará explotando un día sin control, lastimando personas en el proceso.
¿Ayudaría dar más espacio a las expresiones artísticas en nuestras vidas?
Definitivamente sí.
Si reconociéramos que la "educación" tanto en casa como en la escuela es obsoleta y diéramos la misma importancia a lo artístico como se lo damos a lo mental, habría seres humanos más equilibrados, capaces de conectar emoción, mente, cuerpo y espíritu; de transformar cualquier experiencia dolorosa en Arte y hacer de ello un medio de vida, una fuente de ingresos. ¿Por qué no? Es válido. Ya hay muchos artistas callejeros que lo están haciendo y seguramente otros están prosperando o lo harían en otras plataformas artísticas: pintura, escultura, cinematografía, etcétera.
En lo personal me gusta el Graffiti, lo considero Arte y muchos dirán: "¡Eso no es arte!".
El Arte es subjetivo y obtiene su nombre hasta que alguien lo bautiza como tal (Arte callejero, Arte abstracto, Arte Contemporáneo) porque más allá de las técnicas, los medios, las herramientas y las plataformas, el objetivo del mismo es TRANSMITIR, COMUNICAR Y CONECTAR UN ALMA CON OTRA. Una expresión artística te atrae o te repele y si logra uno de estos dos cometidos ES ARTE, punto.
Si vives en una metrópoli, tienes una amplia gama de Graffitis, ¿por qué no te das la oportunidad de mirarlos sin prejuicios y sólo tratas de captar el mensaje que esa persona quiso entregarte?
¡Quién sabe!, tal vez te sorprendas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario