miércoles, 3 de octubre de 2012

CÁLLATE NIÑA- Rodolfo Naró- Comentario.

 
 
CÁLLATE NIÑA
Rodolfo Naró


Empecé a conocer a la Niña a través de los retazos con los que la describían los demás.
La vi con sus ojos y supe entonces la manera tan profunda en que los había tocado porque, finalmente, todos hemos dado tropiezos donde lo único que varía es la fuerza impresa y el abismo donde caemos.

Creí saber quién era la Niña pero me engañaba, como lo hizo la portada del libro, en la cual juraba que la imagen de la bailarina estaba en puntas, pero no es así. Me perdió la fuerza de su mirada, de su alma implorando: ¡Escúchame!.
Fue cuando puse atención y vi que sus piernas no estaban, no había nada que la sostuviera y preguntandome ¿por qué? abrí el libro y ella no paró de hablar, aunque se lo ordenara el blanco grito de la portada y los susurros negros en cada página.

Los comentarios que hizo la gente de ella quedaron atrás, porque siempre pasa que nunca conoces a una persona a través de otras, sino sólo al convivir con ella, al escucharla.
Y la presencia de la Niña dijo más que cualquiera, sin maquillaje, sin pretensiones y con todas las heridas expuestas.

Heridas múltiples; unas recientes, otras viejas, pero todas sangrando. La más antigua y profunda fue la que le hizo su Padre, lo supe porque no paraba de decir su nombre y estaba sobre el corazón. Las heridas hablaban, tenían vida propia y a esa vida la alimentaba el odio, el dolor, el resentimiento y la soledad desesperanzadora de los olvidados.
Otras eran de su Madre, cuya voz martilló tanto haciendo un eco sordo, que logró su cometido: la Alumna superó a la Maestra.
Su ejemplo lo fue todo; la llevó de risco en risco hasta alcanzar los infiernos más profundos donde conoció a los hombres que, igualmente lastimados y con vendas en los ojos dijeron amarla, dijeron desearla y nunca supieron a quién tenían en frente, que el corazón le latía.

Algunas heridas estaban cerradas por la marca de un par de besos: los de su Abuela y su Padrastro, dos luces entre tanta oscuridad, amor puro y verdadero, ese que te acepta tal cual, sin anestesia.

Abracé a la Niña como la amiga que nunca tuvo, la que le faltó, la que no cierra los ojos ni se tapa los oídos aún cuando, lo que estás contando, sea frío, cruel, bajo o desgarrador.

La dejé hablar.
No me atreví a callarla.
Habían sido muchos años de tragar en seco, de morder el polvo, de bailar en puntas al filo del precipicio.

La dejé hablar y yo escuché sin juzgar porque, al fin y al cabo al ser Humana, me encuentro escasa de piedras que tirar.


Debra Gabriela Oropeza Pérez.

martes, 15 de mayo de 2012

"NADIE ES TU AMIGO, NADIE ES TU ENEMIGO, TODOS SON TUS MAESTR@S"

"NADIE ES TU AMIGO, NADIE ES TU ENEMIGO, TODOS SON TUS MAESTROS"

Así es. Si profundizamos más notamos que Tod@s somos Maestr@s.

Porque Maestr@ es aquel que comparte un conocimiento que tenga dentro de sí. Maestr@ es el que enseña, el que transmite, incluso sin tener títulos. Eso no es necesario para ser Maestr@. Claro que son infinitamente valiosas las personas que decidieron por vocación y voluntad serlo en nuestra Cultura Moderna y cuya meta es obtener un título para moldear mentes.
Sólo pido para que todas esas personas les llegue la luz y comprendan la importancia de su labor.

Ahora ampliemos la visión, para entender lo que la frase que titula nuestro tema quiere decir.
Maestro es quel que te enseñó a hablar. Aquel que te enseñó a caminar, a comer, a vestirte, a jugar, a leer, a pensar, a escuchar, a reir, a soñar.

Con la edad aumenta la dificultad.
Maestro es aquel que te enseñó a nutrir una relación para ser tu amigo; el que te enseñó a administrar tu dinero, quien te ayudó a decidirte por lo que querías hacer en la vida; aquel que te enseñó  a besar; aquel que te enseñó lo que se siente amar por primera vez; a sentir el corazón roto. Aquel que te enseñó a odiar. Aquel que a través de las lágrimas te hizo ver claro. Aquel que te extendió la mano cuando nadie más lo hizo. Aquel que te lastimó y supiste entonces en carne propia lo que en otro momento hiciste sentir a alguien más. Aquel que te bañó de consejos y amor. Aquel que con su vida fue tu ejemplo; Aquel que con su partida te hizo conocer la muerte. Aquel que te lastimó y entonces conociste el dolor. Aquel que te amó sin condiciones, sin esperar nada a cambio y que cuando lo apreciaste ya no estaba a tu lado. Aquel que te ayudó a reencontrarte contigo mismo después de haberte extraviado en lugares recónditos. Aquel que siempre tiene fe, pase lo que pase. Aquel que vive enojado con el mundo y no perdona. Aquel que te perdonó y te enseñó la forma más grande de amor incluso cuando tú fuiste el causante. Y el más importante de tod@s. El que siempre está, estuvo y estará contigo, en ti: Tú mism@.

Tú eres tu más grande Maestr@. Y un Gran Maestro nunca deja de aprender, crecer, avanzar y apoyarse. Un Gran Maestro, como dice una frase de la cual no recuerdo ahora el autor, no es el que crea más discípulos sino más Maestros.

Felíz día a todos esos Maestros que nos dejan huellas profundas y pedazos de su alma incrustadas en la nuestra, porque gracias a esas semillas es que nosotros podemos florecer ilimitadamente.

Reciban de mi luz, amor y paz en abundancia.
Debra Gabriela Oropeza Pérez.

martes, 6 de marzo de 2012

La Musa Eterna de la Inspiración.



Todo mundo la tiene. Está presente cuando inventas una receta de cocina, al tomar una nueva ruta para llegar más rápido a tu destino, al utilizar una nueva técnica para mejorar la salida de tu carrera en el atletismo, en la moda o  viviendo de lleno en la cabeza de los inventores.

Se ha creído que es exclusiva del sector artístico de la humanidad, mas la verdad es que se encuentra en todos los aspectos de nuestra vida. Ella se comunica a través de quien presta oído a su voz. No discrimina, al contrario: integra. Nos hace sentir totalmente capaces de expresarnos no dando oportunidad a la duda de soltar su veneno.

Picasso afirmó que la Inspiración existe, pero te tiene que encontrar trabajando. Esto se debe a que se manifiesta a la velocidad del pensamiento y muchas veces el cuerpo es lento para darle vida a las creaciones, sin embargo, la práctica y la disposición hacen que éste obedezca más rápida y eficientemente y, si tenemos las herramientas adecuadas a mano, logramos impedir que la idea se desvanezca, porque no hay nada más frustrante que eso, así que papel y pluma son imprescindibles.

En el mundo de las letras, Carlos Fuentes entiende a la perfección lo dicho por Picasso, ya que todos los días se levanta muy temprano y escribe disciplinadamente de 7 a 3 de la tarde, cual reloj suizo, acción que posibilita un encuentro prolongado y constante con la Musa. No en vano y gracias a ello vieron la luz: "Aura", "La muerte de Artemio Cruz", "La región más transparente" y "Terra Nostra", siendo éstas sus obras más destacadas.

Paulo Coelho, siempre fiel a los signos que le manda el  Universo, escribe sólo cuando recibe la señal de hacerlo transformada ésta en una pluma de ave, es entonces cuando comienza a  darle vida a una nueva historia. Él ha notado que entre un libro y otro pasan aproximadamente un par de años, mas no desespera, vive en el ahora, da un paso a la vez como Santiago cuando camina en dirección a su tesoro atravesando el desierto en "El Alquimista", su obra más conocida y mi favorita. A ésta le han seguido: "A orillas del Río Piedra me senté y lloré", "Brida", "La Quinta Montaña", entre otras, siendo la más reciente Aleph.

J.K Rowling no tiene horarios ni señales, a ella le pasa que cuando recibe inspiración  le llega sin aviso poniendose a su entera disposición, convirtiéndose en su prioridad el tener pluma y papel, por decirlo de un modo práctico, ya que siempre tiene varias libretas con detalles específicos que nutren la vida de sus personajes, junto con dibujos de ellos que traza con una calidad impecable. Su gran meticulosidad e imaginación dio, ni más ni menos que la saga más exitosa, ingeniosa y famosa de nuestros tiempos: Harry Potter.

En mi caso, cuando empecé a escribir no noté que lo hacía más a una hora: por la noche, rayando la madrugada. Durante el día también recibo inspiración y por eso siempre llevo una libreta y un bolígrafo, mas es por las noches cuando me es más natural escribir (como ahora).

Tal vez porque cuando enmudece el mundo puedo escuchar mejor la voz de la Musa dentro de mi, con más claridad.
Tal vez porque dejo de mirar el reloj, robándole el sentido al tiempo, sumiéndome en los sentimientos para  hacerlos verbo al contacto de la tinta con esa mágica superficie blanca, para que sigan viviendo, respirando hasta comunicarse con otro ser, logrando así su cometido: tocar su corazón.

Todo es válido para la creatividad, todo es posible. Así como habemos millones de humanos, existen millones de posibilidades para que la inspiración se presente, sólo hay que abrir bien los ojos y afinar los oídos del alma, impidiendo que su voz e imagen se diluyan, escapen y nos quedemos sin saber sus mensajes.

Hay tantos de ellos que nos llegan y a los cuales no damos salida por creer en acuerdos implantados por terceros en nuestra mente. Es preciso darle vida a esa voz sin dejarnos llevar por el prejuicio de "no tener un estudio profesional de la disciplina que queremos desarrollar". Tenemos múltiples habilidades para ser creativos y una no tiene por qué obstaculizar a la otra, por ejemplo: Carlos Fuentes es Diplomático, fue Embajador de México en Francia y eso no lo detuvo para ser también novelista, ensayista y guionista.

Coelho tuvo que sortear obstáculos más fuertes, uno de ellos fue el ser coartada su pasión literaria por sus mismos padres, quienes lo tacharon de loco recluyéndolo, sin dudar, en un manicomio.

J.K. Rowling estudió para Maestra y  ejerció como tal, mas en un momento de gran adversidad donde se encontró siendo madre soltera en una situación económica pobre, decidió creer en lo que se estaba formando en su imaginación, tomó dictado y persistió hasta ver publicado su libro, el que compró feliz cuando lo vio respirando en el estante de una librería.

Estas historias no pueden menos que impulsarme a seguir escribiendo cada noche para que mis libros se estén encontrando a lado de estas personas que tanto admiro, en cada librería, con el propósito de tocar corazones indiscriminadamente.

De igual manera, siempre tengo presente una frase del gran Oscar Wilde quien dijo sabiamente:

"No existen más que dos reglas para escribir: Tener algo que decir y decirlo."

Punto, no hay más.