Todo mundo la tiene. Está presente cuando inventas una receta de cocina, al tomar una nueva ruta para llegar más rápido a tu destino, al utilizar una nueva técnica para mejorar la salida de tu carrera en el atletismo, en la moda o viviendo de lleno en la cabeza de los inventores.
Se ha creído que es exclusiva del sector artístico de la humanidad, mas la verdad es que se encuentra en todos los aspectos de nuestra vida. Ella se comunica a través de quien presta oído a su voz. No discrimina, al contrario: integra. Nos hace sentir totalmente capaces de expresarnos no dando oportunidad a la duda de soltar su veneno.
Picasso afirmó que la Inspiración existe, pero te tiene que encontrar trabajando. Esto se debe a que se manifiesta a la velocidad del pensamiento y muchas veces el cuerpo es lento para darle vida a las creaciones, sin embargo, la práctica y la disposición hacen que éste obedezca más rápida y eficientemente y, si tenemos las herramientas adecuadas a mano, logramos impedir que la idea se desvanezca, porque no hay nada más frustrante que eso, así que papel y pluma son imprescindibles.
En el mundo de las letras, Carlos Fuentes entiende a la perfección lo dicho por Picasso, ya que todos los días se levanta muy temprano y escribe disciplinadamente de 7 a 3 de la tarde, cual reloj suizo, acción que posibilita un encuentro prolongado y constante con la Musa. No en vano y gracias a ello vieron la luz: "Aura", "La muerte de Artemio Cruz", "La región más transparente" y "Terra Nostra", siendo éstas sus obras más destacadas.
Paulo Coelho, siempre fiel a los signos que le manda el Universo, escribe sólo cuando recibe la señal de hacerlo transformada ésta en una pluma de ave, es entonces cuando comienza a darle vida a una nueva historia. Él ha notado que entre un libro y otro pasan aproximadamente un par de años, mas no desespera, vive en el ahora, da un paso a la vez como Santiago cuando camina en dirección a su tesoro atravesando el desierto en "El Alquimista", su obra más conocida y mi favorita. A ésta le han seguido: "A orillas del Río Piedra me senté y lloré", "Brida", "La Quinta Montaña", entre otras, siendo la más reciente Aleph.
J.K Rowling no tiene horarios ni señales, a ella le pasa que cuando recibe inspiración le llega sin aviso poniendose a su entera disposición, convirtiéndose en su prioridad el tener pluma y papel, por decirlo de un modo práctico, ya que siempre tiene varias libretas con detalles específicos que nutren la vida de sus personajes, junto con dibujos de ellos que traza con una calidad impecable. Su gran meticulosidad e imaginación dio, ni más ni menos que la saga más exitosa, ingeniosa y famosa de nuestros tiempos: Harry Potter.
En mi caso, cuando empecé a escribir no noté que lo hacía más a una hora: por la noche, rayando la madrugada. Durante el día también recibo inspiración y por eso siempre llevo una libreta y un bolígrafo, mas es por las noches cuando me es más natural escribir (como ahora).
Tal vez porque cuando enmudece el mundo puedo escuchar mejor la voz de la Musa dentro de mi, con más claridad.
Tal vez porque dejo de mirar el reloj, robándole el sentido al tiempo, sumiéndome en los sentimientos para hacerlos verbo al contacto de la tinta con esa mágica superficie blanca, para que sigan viviendo, respirando hasta comunicarse con otro ser, logrando así su cometido: tocar su corazón.
Todo es válido para la creatividad, todo es posible. Así como habemos millones de humanos, existen millones de posibilidades para que la inspiración se presente, sólo hay que abrir bien los ojos y afinar los oídos del alma, impidiendo que su voz e imagen se diluyan, escapen y nos quedemos sin saber sus mensajes.
Hay tantos de ellos que nos llegan y a los cuales no damos salida por creer en acuerdos implantados por terceros en nuestra mente. Es preciso darle vida a esa voz sin dejarnos llevar por el prejuicio de "no tener un estudio profesional de la disciplina que queremos desarrollar". Tenemos múltiples habilidades para ser creativos y una no tiene por qué obstaculizar a la otra, por ejemplo: Carlos Fuentes es Diplomático, fue Embajador de México en Francia y eso no lo detuvo para ser también novelista, ensayista y guionista.
Coelho tuvo que sortear obstáculos más fuertes, uno de ellos fue el ser coartada su pasión literaria por sus mismos padres, quienes lo tacharon de loco recluyéndolo, sin dudar, en un manicomio.
J.K. Rowling estudió para Maestra y ejerció como tal, mas en un momento de gran adversidad donde se encontró siendo madre soltera en una situación económica pobre, decidió creer en lo que se estaba formando en su imaginación, tomó dictado y persistió hasta ver publicado su libro, el que compró feliz cuando lo vio respirando en el estante de una librería.
Estas historias no pueden menos que impulsarme a seguir escribiendo cada noche para que mis libros se estén encontrando a lado de estas personas que tanto admiro, en cada librería, con el propósito de tocar corazones indiscriminadamente.
De igual manera, siempre tengo presente una frase del gran Oscar Wilde quien dijo sabiamente:
"No existen más que dos reglas para escribir: Tener algo que decir y decirlo."
Punto, no hay más.